jueves, 2 de junio de 2011

Debemos ser conscientes de lo que está bien y lo que está mal y de lo que hacemos por los demás o por nosotros mismos, porque nos hace más felices o para evitar el qué dirán

Los romanos no se ocultaban para ir al baño:  las letrinas eran unos bancos con muchos agujeros, cada persona tenía su agujero pero nada de cortinitas entremedias. Por otro lado, es muy normal ver a un tío meando pero "que no nos pillen a nosotras", es algo que te da vergüenza. ¿No será todo esto cultural? No será que nos han dicho que es feo? Los niños pequeños no tienen vergüenza de que les veas haciendo pis o caca pero, con el tiempo, se fijan en que sus papis cierran la puerta del baño para hacer ciertas cosas con lo que intuyen que no debe ser decoroso...

¿Por qué hemos puesto al sexo y a otras cosas naturales en el conjunto de las cosas feas que no deben verse? Lo del sexo sí que no lo entiendo: gusta a todo el mundo, todo el mundo habla de ello porque somos progres pero que a mí no me pillen...

Por otro lado, ir en pelotas por la calle, te pueden meter en la cárcel por ello pero ¿a quién hago mal? Sin embargo, si chillo a alguien, si le falto el respeto a alguien, si tiro basura o papeles a la calle, o al mar, con todas estas acciones estoy haciendo un mal. Alguien sufre con mis actos, sin embargo, no voy a la cárcel por ello. ¿A alguien le ofende que yo vaya en pelotas? Es como si a alguien le ofendiera que yo no llevara la cara cubierta con un burka... Son escalones de la misma escalera.

¿Por qué, sin hacer daño a nadie, no puedo hacer lo que mi cuerpo me pida? ¿por qué criticamos al que va en pelotas, o a la que lleva mucho escote o la falda muy corta o al que se sale un poco de la norma o a los que hacen el amor en la calle? Alguno diría, o pensaría “es que no se puede hacer lo que a uno le de la gana”.¿Por qué? Mal no hago ¿Porque tú lo dices? ¿o por joder? ¿me jode que otros sean felices? Eso pareciera que hubieran estado y estén promulgando muchas religiones durante mucho tiempo: primero el decoro, las buenas costumbres, y luego la felicidad de las personas.

Pensemos algo más de nuestra sociedad. Creemos que somos libres, que podemos hacer lo que queramos, que podemos hacer lo mismo los hombres que las mujeres. Y no es cierto, seguimos teniendo las mismas normas que antaño, suavizadas, pero son las mismas. Un hombre puede ir sin camiseta, una mujer no, es más, si enseña un poco más de lo que debe es una "guarrilla". ¿Qué es un "guarrillo"? me pregunto.

Tampoco se le permite a un hombre casi llorar, o abrazar y besar a un amigo. O cogerle la mano en momentos difíciles... Los hombres no pueden expresar su cariño, su amor, tocando a otras personas, abrazándolas, poniéndoles una mano en el brazo, porque si tocan a chicas son salidos y si tocan a chicos son maricones.

Sigue habiendo muchas cosas "de hombres" o "de mujeres" que están vedadas al sexo contrario. Algunas nos dan igual pero otras nos hacen sufrir innecesariamente. Hay hombres a los que les gustaría mostrar esta ternura y dar cariño en forma de abrazos o besos pero no pueden para no ser tildados de esto o lo otro.

¿Qué prefiero, un hombre que quiere que yo sea la mujer más feliz del mundo y que disfrute de esta vida lo más que pueda, incluso estando con otros hombres o uno algo celoso que no me “deje” estar con otros hombres porque soy “su” mujer?
Es fuerte que prefiramos ser propiedad de alguien... ¿Quién nos habrá enseñado a que debemos tener dueño? ¿de dónde hemos aprendido que si no es que no nos quieren?

Parece que hemos aprendido lo que es el amor en las películas: la mayor parte de la gente no tiene relaciones constructivas pero, como sacado de una novela de supuesto amor, se sacrifica por el otro, se falta al respeto a uno mismo... No se trata de orgullo, se trata de crecer con cada relación que tenemos.
Todas las personas que llegan a nuestra vida nos enseñan algo, la pareja es de lo que más nos enseña. Igual que hay amigos que entran y salen de tu vida, porque hemos cambiado, porque ya no nos aportan, aunque le quiera mucho a dicho amigo, hay veces en las que no hay ya cosas comunes y, sin dejar de amar a dicha persona, simplemente, ya no comparto las mismas cosas.

Por otro lado, a todo el mundo le atrae más de una persona, el que lo niegue está mintiendo, ¿por qué tenemos que ocultar algo que a todo el mundo le pasa? Que me guste mucho, muchísimo mi pareja no significa que no me pueda gustar otra/s persona/s. ¿Hemos venido a estar toda nuestra vida con una pareja? Si somos realmente felices sí, pero la mayor parte de la gente se queda con su pareja por:
  • el qué dirán
  • porque si nos divorciamos, la sociedad o nuestros padres, o nuestros hijos o eso les hemos ensañado, nos ven que hemos fracasado en mayor o menor medida. Dicen que es una lástima... lástima es no separar una pareja que se aburre junta . Lástima es que las personas se estanquen y dejen de crecer porque su relación no lo permite. Eso es lo realmente triste.
  • por seguir el ideal romántico de que yo estoy con mi media naranja (a lo mejor era tu media naranja a los 20 pero dejó de serlo desde los 40, ¿qué haces aún con media naranja pocha si ahora te has convertido en una sandía?
Por eso hay tan poca gente que se divorcia de buen rollo: cuando no estamos a gusto en una relación, cuando no sumamos sino que restamos, cuando no hay felicidad sino amargura, ¿por qué seguimos juntos? Si en cuanto detectamos un conato de amargura o malestar fueramos lo suficientemente valientes y honestos de analizarlo y ver si quiero seguir o no, pero no por los demás, sino por respeto a nosotros mismos, no llegaríamos a las horribles relaciones de parejas separadas. Como no queremos verlo de inicio, nos empezamos a hacer daño hasta que reventamos y claro, una vez reventados es muy difícil recomponernos y es más difícil asumir la propia cobardía de no haber hecho lo que tenía que hacer. Preferimos echarle la culpa al otro. El otro no es perfecto, pero nunca lo ha sido, ya era así cuando empezamos ¿con qué derecho le pedimos o le exigimos que cambie? Cambiará si quiere, no por amor a mí, cambiará si cambiar le hace más feliz a él/ella. Y si yo no soy feliz de esa manera tendré que cambiar yo o irme, pero no hace falta que me vaya cabreada, me puedo ir con un beso y pensando en qué maravilloso que voy a seguir el camino que me hace feliz, dando las gracias por lo aprendido con esa persona. 

Por cierto, ¿quién ha dicho que la casa tiene que estar ordenada? ¿Ikea? Si el desorden de la casa me hace infeliz, tengo dos opciones:
  • aprendo a vivir feliz con lo que tengo (una persona encantadora que me hace feliz - porque si no tengo esto vuélvase a leer el párrafo anterior - ) y lo que esa persona quiere darme.
  • me piro porque no me compensa, voy a ser más feliz fuera.
¿Quién ha dicho que las tareas del hogar haya que repartirlas? no es cuestión de guerra de sexos, es cuestión de lo que a cada uno le hace feliz: si a mi pareja le gusta vivir con cierto desorden y cierta falta de limpieza porque prefiere gastar su tiempo y dinero en otra cosa ¿por qué le tengo que exigir que tiene que hacer la mitad de las tareas que yo considero? ¿porque yo tengo necesidad de más orden y más limpieza? Esa persona puede de vez en cuando hacer algo que a mí me guste, ordenar o limpiar más pero, como no lo está haciendo por ella misma sino por mí terminará echándomelo en cara, porque ha sido un esfuerzo. 
Las personas a las que les gusta todo ordenadito tendrán que buscar fórmulas para no exigir a otro lo que no quiere hacer. No hay que hacer 50-50, cada uno hace en función de lo que necesita y le gusta. Hay tantas cosas que hacemos porque la sociedad dice que es lo que hay que hacer y que nos hacen infelices... 
Suponemos que la casa no está muy ordenada o limpia, pero es un nivel de limpieza más que aceptable en este mundo (miremos con perspectiva, el polvo es parte del mundo) y viene mi madre a comer, tengo dos opciones:

  • agobiarme porque viene mi madre, tirarme la mañana limpiando aunque no me apetezca mucho (hay veces que a uno le ape limpiar pero otras, reconozcámoslo, no nos apetece nada pero lo hacemos porque nos da vergüenza que nos critiquen). Cuando llega está todo superordenadito.
  • Cuando llega mi madre, le doy un beso y me dice que qué desorden tengo, o cualquier otro comentario, le digo que he preferido estar mi mañana de domingo haciendo el amor...
Ahora diríamos que no le puedo decir esto último a mi madre porque te empieza a decir cosas... De nuevo ¿por qué lo que yo hago tiene que hacer feliz a mi madre en vez de hacerme feliz a mí? ¿soy parte de esa sociedad que critica cuando las cosas no son como deben? ¿somos "la madre"? ¿Dejamos a los demás ser felices? ¿nos dejamos a nosotros ser felices o nos exigimos hacer "lo que debemos"?