viernes, 15 de julio de 2011

Consumir la mitad, trabajar la mitad, se acabó el paro :)

Yo no pillo por qué, si hay paro, quieren que nos jubilemos más tarde. O por qué hay gente que echa muchas horas en el trabajo... ¿no sería más lógico que trabajáramos todos menos y así el trabajo que hay se repartiría?
¿Por qué no incentivamos la media jornada? Tendríamos que gastar menos pero tendríamos más tiempo libre para dedicarlos a la gente que queremos (el ocio no es caro, en España, hasta hace poco, el ocio era pasear e ir a la playa o a la plaza los domingos; esto se cambió por consumir e ir a los centros comerciales, e ir a los bolos y no sé cuántas cosas más que hemos criticado de los americanos y ahora hacemos lo mismo...). Además, si ganamos menos, las casas, que es lo que se come más del 50% del salario de los españoles serían más baratas. El problema de los últimos años ha sido, entre otros, hacernos creer a todos que nos podíamos comprar una casa al precio que fuera, sólo hacía falta aumentar los años de la hipoteca y mágicamente, podíamos pagarla. Si no lo hubiéramos creído no habría habido un montón de gente comprando casas por encima de sus posibilidades reales a largo plazo y no habría subido la vivienda de la manera en la que lo ha hecho.
Por otro lado, sigo pensando... si cada vez hay más trabajos que hacen las máquinas, nos tenemos que inventar nuevos trabajos para suplir éstos que desaparecen y para dar trabajo a la población creciente pero, para inventarse nuevos trabajos hace falta inventarse nuevos usuarios para esos productos o servicios que fabriquemos y, si ya no tenemos tiempo para nada, ¿cómo nos va a dar tiempo a consumir otro producto o servicio más? Si, además, vemos que la felicidad no está en consumir, ¿por qué queremos seguir alimentando esta rueda que nos hace infelices? Me invento un trabajo con el que doy un nuevo servicio, tengo que buscar clientes que, o dejan de hacer otras cosas con lo que otros pierden trabajo o es que consumimos más. Eso es lo que ha pasado en los últimos 30 años, cada vez hemos consumido más con lo que hemos ido consumiendo la mayor parte de lo que nos ofrecían pero, ¿podemos seguir consumiendo más y más para que la rueda siga girando?

Tenemos que empezar a funcionar de otra manera, a hacer un ciclo de verdad, no una espiral en la que, para dar trabajo a los que llegan, por narices, tenemos que consumir más, a costa del tiempo para nosotros mismos del bueno, del tiempo para nuestros hijos y de los recursos limitados del planeta.

Trabajemos menos, consumamos menos y ganemos tiempo para pasear y hablar con los amigos.

jueves, 14 de julio de 2011

Cambiar el rumbo del mundo

Hemos oído a cientos de personas quejarse de su puesto de trabajo, quejarse de lo mal que lo trata el jefe o, más bien, de lo gurrumino que es, que con tal de ahorrarse esto o lo otro, nos hace cosas que nos incomodan pero, ¿hemos pensado si estamos exigiendo que nos traten de una manera en la que no tratamos a los demás?
¿Cómo vamos a cambiar el mundo? puede ser más sencillo de lo que parece: cambiando nuestra manera de consumir.
Obviamente, lo primero, es consumir menos, tratar de consumir lo que necesitamos y darnos cuenta de que muchas de las cosas que consumimos, sencillamente, no las necesitamos. Lo primero que no necesitamos en absoluto y no nos damos cuenta son los embalajes, las bolsas, los plásticos que nos envuelven y envuelven nuestros alimentos... Tratemos de comprar los alimentos lo menos empaquetados posible y, desde luego, sin usar bolsas de usar y tirar para su transporte. La única basura que es reciclable 100% es la que no se genera.
Por otro lado, ¿por qué elegimos este supermercado con respecto a otro? Normalmente porque es más barato. Cuando hay un producto más barato que en la tienda de al lado es porque, en algún sitio, han reducido el coste del producto. En muchos casos esto se traduce en que la persona que hace o que transporta o que vende el producto más barato cobra menos, o trabaja más horas por el mismo salario o cualquier otra cosa que haga reducir el precio final.
Si nosotros no nos movemos por ética sino por el precio, por ahorrarnos unos euros, ¿por qué nuestro jefe debe ser ético y no moverse por la pela? Si encuentra un trabajador que trabaja más barato que tú o más horas, ¿por qué no le va a contratar? está en su derecho, igual que tú estás en el tuyo de comprar aquí que te cuesta 1 euro más barato.
Si nosotros compramos productos sin importarnos a quién explotamos, ¿por qué nos quejamos si nos quieren explotar?
¿Qué pasaría si cambiáramos nuestra manera de comprar? Si cada vez que tuviéramos que comprar algo no pensáramos en "dónde está más barato" sino en "¿dónde creo que el producto será más justo?". Aunque no lo sepa con seguridad, al hacernos esta pregunta ya está empezando a cambiar el rumbo de nuestra sociedad porque, en vez de llevar nuestra energía a "lo más barato", "explotar a alguien para que a mí me cueste más barato", la estoy llevando a "mi clara intención es no explotar a nadie". A veces lo conseguiré más que otras pero, desde luego, es mi clara intención.
Si nos han comentado que este supermercado trata mejor a sus trabajadores que aquel otro, o que muchos países exportadores no respetan los derechos humanos y tratan inhumanamente a sus trabajadores, o que esta fruta viene de aquí al lado y la compro sin intermediarios (con lo que sé que el agricultor está recibiendo un precio más justo que si lo compro en una gran cadena), o que en aquel bar llevan trabajando las mismas personas muchos años (será que les tratan bien, normalmente)... Si, a la hora de elegir, elegimos lo que creemos mejor para el mundo, estaremos en el camino de lograr lo mejor para el mundo.
¿Qué pasaría si hubiera locales o tiendas u hoteles en los que, justo a la lista de precios, pusiera "aquí damos horarios y sueldos justos a nuestros trabajadores".
Sé que es muy difícil comprarlo todo de comercio justo, lo primero es porque hemos sido hasta ahora tan poco solidarios que apenas hemos comprado productos de comercio justo con lo que no hay gran variedad y el precio es bastante mayor. Pero, ¿qué pasa si elijo comprar lo más justo que puedo dentro de tratar de ser felices? No se trata de amargarse, de enloquecer o sentirse culpable de lo hecho hasta ahora, basta con empezar a girar mi mirada y a redirigir mi dinero hacia algo más ético. Poco a poco, veremos cómo el mundo gira con nosotros, porque nosotros hacemos el mundo, no lo hacen los grandes.
Lo que yo hago o intento siempre que puedo y quiero (que puede ser mejorable, claro):
- Comprar alimentos directamente del productor y con la menor cantidad de embalajes posible (Puedo ir a la frutería con mi carrito y no usar una sola bolsa) (Puedes echar un vistazo a ecoindalo o a selecfrus si te interesa este tema).
- Comprar alimentos ecológicos que contaminan menos.
- No comprar alimentos que vienen de muy lejos. No es necesario, no los compremos o reduzcamos mucho su consumo.
- No comprar productos de países en los que los derechos humanos no se respetan (en todos sitios se cuecen habas pero, reconozcámoslo, en unos se cuecen muchas más habas que en otros).
- Prefiero comprar 2 de comercio justo que 5 que no lo es. Con eso estoy diciendo "traed más comercio justo, creo que el mundo deber ser más justo y yo contribuyo a ello".
- Poner mi dinero en bancos lo más éticos posible para que mi dinero no financie empresas de armas o que no tienen ética. (Echa un vistazo al 2º video en esta otra entrada).

En general, se consciente de tus pasos en vez de vivir en la superficialidad y la inconsciencia en la que la tele nos quiere sumir. Somos mucho más que meras marionetas que consumen lo que nos echen, somos capaces de distinguir lo que quiero de lo que no, de pensar a dónde quiero encaminar mis pasos.