sábado, 9 de junio de 2012

El fracaso del sistema educativo

Ya sé que el titulito es un poco fuerte pero si de veras somos sinceros con nosotros mismos y tenemos un poquito de sensibilidad en mirar a nuestros jóvenes un poco más adentro nos daremos cuenta que es cierto y, que en la mayor parte de las veces, el sistema también fracasó con nosotros, o nos hizo fracasar...

Hay varios tipos de alumnos: los que pasan de todo, los que estudian lo justo para aprobar y para que sus padres estén más o menos contentos, consiguiéndolo a veces sí a veces no, y los que estudian mucho, son muy responsables, son competitivos, con los demás (se ponen verdes cuando el compañero saca más nota) o consigo mismos (si sacan un 9,5 se fijan en el 0,5 que les falta...).

Los tres ejemplos suelen ser fracasos del sistema educativo. ¿El empollón también??

El que pasa de todo es porque no sabe lo que quiere, los padres y profesores y la sociedad le hemos desconectado de lo que le motiva en la vida y ya no tiene ganas de ná. Digo "le hemos desconectado" porque los bebés vienen muy conectados con sí mismos cuando nacen, así que algo tendremos que ver los demás...
Después de decirle todo el rato lo que tenía y no tenía que hacer, que era malo cuando no hacía lo que me convenía, que éste es el único camino que hay cuando el niño siente que no es así.. Al final, el niño desconecta de lo que quiere porque está siempre en conflicto y, si estamos desconectados de lo que queremos no tenemos ganas de ná, y menos de hacer lo que otros quieren. Es más cómodo no pensar y darle gusto al cuerpo en el momento: no haré lo que quiero pero al menos hago lo que me da la gana.

El perfil de alumno que más o menos aprueba pero para que sus padres no les riñan es el más habitual. Lo hacen desde infantil: hacen las cosas rápidas para contentar a la maestra o a los padres y así les den la ración de amor que necesitan y luego se dedican a lo que les apetece. ¿Lo malo que tiene eso? que el interés por aprender desaparece; existirá el interés por aprobar, que no es lo mismo, con lo que no quiero saber, no quiero entender el mundo, no quiero saber más... Y eso baja muchíiisimo la calidad de la enseñanza: se nos olvidará nada más hacer el examen, el aprender no me motivará a buscar por mí mism@ respuestas ni preguntas más allá de lo que me cuentan en clase, no seré crítico con lo que me cuentan, sólo trataré de recordarlo para el examen...
Porque desde pequeños han asociado el cole a trabajar y no a divertirse, lo que les contamos en él pierde mucho. Y no debería ser así, porque entender el mundo no es divertido, ¡¡es maravilloso!!, sólo hay que mirar a un niño de 1, 2 o 3 años para darse cuenta.

Como digo, éstos son los perfiles más habituales, los padres y los profes están más o menos contentos, no sienten que hayan fracasado porque con suerte llegarán a ser universitarios, mediocres, pero universitarios.

El tercer perfil de fracaso educativo es mucho más duro de ver: gente que aprueba todo, que estudia, que siempre hace lo que tiene que hacer, nunca hay que decirle nada... Eso es lo malo: que siempre hace lo que le decimos que tiene que hacer y a veces no porque se lo digamos sino porque el exceso de responsabilidad que les hemos metido ha anulado su capacidad de hacer lo que sienten. Tarde o temprano tienen que pararse y pensar si están recorriendo su propio camino o el que les han grabado sus padres. Y muchos descubren que no saben qué les hace felices, qué les mueve por dentro, o lo saben o intuyen, pero no son suficientemente valientes como para llevar la contraria. No ser "responsables" les hace sentirse "culpables".

Todo sistema educativo o sociedad que nos empuja a hacer cosas distintas de lo que sentimos o que nos hace olvidar o no respeta lo que somos, nos empuja a hacer algo en lo que no creemos, con lo que, además de que no lo haremos del todo bien, no podremos conseguir la felicidad, la plenitud que aporta trabajar en lo que creemos, el sentimiento de inflarse el corazón y que nos guía en que estamos en nuestro camino y que, por muy escarpado que sea, lo recorremos con ganas.

1 comentario:

Juan Jose Tonda Manzano dijo...

Mucho me temo amiga Angeles que las causas del fracaso son muchas, pero la que mas duele (al menos a mi es la que mas me jode) es la auto destrucción del profesorado por borreguismo, estupidez y falta de "clase" de los que están cómodos siendo simples pardillos a las órdenes de esa caterva de cúrsiles tarados de la llamada "Inspección Churrera".