jueves, 7 de junio de 2012

¿Por qué hay malas personas?

Yo creo que no hay malas personas, sino personas "heridas".

Si a nosotros nos tocan un brazo, pero nos dan en una heridita que tenemos, gritaremos, nos molestaremos con la persona que nos ha tocado o incluso le soltemos el brazo y le golpeemos más o menos fuertemente.
Si no tenemos la herida, no reaccionaremos de esa manera si la otra persona nos tocó suavemente.

A veces no nos damos cuenta de que no tocamos suavemente sino que le hacemos daño sin querer, y nos enfadamos ante la reacción de la otra...

Otras veces le hemos tocado realmente suave y no entendemos la reacción: reacciona porque tiene una herida y nuestra acción hace que esa herida duela.

Otras veces la persona reacciona sin hacer yo nada, entonces reacciona por asociación. Es decir, si nos mordió una vez un perro sentiremos miedo por los perros y, si se nos acerca un perro moviendo el rabo lo echaremos de mala manera porque nos recuerda a aquella otra mala experiencia.

En resumen, sólo el que ha sufrido puede ser malo. Los malos porque sí, de las películas, son precisamente eso: de las películas. E incluso el malo de las películas, si hubiera sido querido de pequeñito y amado y aceptado de verdad, ya no sería tan malo. Porque cuando hacemos algo bueno nos sentimos bien, realmente bien, contactamos con la felicidad. La venganza dicen que resulta dulce, pero no da la felicidad duradera ni profunda.

Entonces, ¿qué hacemos con las personas aparentemente "malas"? Darles nuestra comprensión y compasión: ¿qué le habrán hecho a esa pobre persona para que se comporte así?. Esto no es lástima, es compasión y, si además, aceptamos y queremos a esa persona, el resultado es sorprendente: ¿Cómo va a ser mala contigo una persona que se siente querida por ti? Las barreras se le caen. Y si estas barreras son muy grandes porque la persona está muy herida y necesitó construir estas murallas para que nadie le pueda hacer daño, sólo necesita más amor y comprensión para derribarlas.

Amar a esa persona no es dejarse dominar y dejarse maltratar por esa persona, es sólo suficiente sentirlo: pensar en que quieres lo mejor para esa persona, que te encantaría que fuera feliz y que halle pronto el camino para curar esa herida o tirar esos muros que la aíslan.

Además, cuando alguien nos hace daño nos está enseñando algo: nos está apuntando dónde tenemos nuestras heridas, para sanarlas. Si me dicen gorda y pienso que ha sido a mala uva, aprendo dos cosas: que tengo una heridita en que me llamen gorda; y que la otra persona siente o ha sentido sentimiento de inferioridad y necesita sentir ese poder sobre alguien para subsanarlo.
Puede que habitualmente se vea gorda con lo que necesita sentir que otr@ es también gordo para compensar ese sentimiento de inferioridad. O envidia algún valor nuestro y necesita sentir que es superior a nosotros al menos en eso... El caso es siempre que si nos ha querido insultar es porque ella misma está dañada con lo que tenemos que darle comprensión y las gracias por señalarme una herida que quizá no estoy viendo y me afecte sin darme cuenta.

Cada persona que se acerca a mí me trae un mensaje que sería bueno que aprendiera: veamos el mensaje que trae y, si no nos gusta, ver por qué no me gusta (si yo lo pedí, si tengo una herida, etc), pero no matemos la mensajero...

Y esto enlaza con esta otra entrada sobre las personas que me hieren... Respeto a uno mismo



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