domingo, 15 de mayo de 2011

Aprender a elegir

Parece que mucha gente no sabe elegir, y no porque no elija, que lo hace, sino porque no renuncia a lo no elegido con lo que no disfruta de su elección.
Es decir, si nos decidimos por irnos con unos amigos a la playa no podemos elegir, a la vez, ir a la montaña. Y lo menos recomendable para la felicidad de esa persona es elegir irse a la playa pero pensando en lo chulo que sería haber ido a la montaña y en lo que te estarás perdiendo: te impides disfrutar de tu elección.
Hay gente que, aún después de elegir, se lamenta de lo perdido, lo descartado, en vez de alegrarse de lo ganado: lo elegido. ¿De qué grupo eres? :)

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