domingo, 9 de enero de 2011

Los niños saben latín

Lo de que los niños son muy listos y saben latín ya lo hemos oído muchas veces. Es cierto que te conocen, y cada vez saben mejor cuáles son tus puntos débiles, pero igual que tú sabes los suyos y eso no te convierte en un ser maquiavélico que sólo quiere salirse con la suya y hacer lo que te da la gana. Aunque sepas los puntos débiles de tu hijo y, de hecho, los utilizas todo el rato para conseguir que haga lo que tú quieres, sigues siendo buena persona, sigues amando profundamente a tu hijo y te encanta que te de un besito.
Entonces, si tu hijo de vez en cuando sabe tus puntos débiles y trata de usarlos, al igual que los usas tú, para conseguir algo de ti, ¿por qué nos dicen que tengamos cuidado, que el niño hace con nosotros lo que queremos, que se está aprovechando? ¿por qué no le dicen al pobre niño "ten cuidaíto con tu madre, que te engaña cada dos por tres"...

Sigamos pensando: si tú tienes una pareja, unas veces decidirás tú y otras decidirá tu pareja o, por lo menos, será por consenso. Quiero decir, si tu pareja no quiere ir a donde tú quieres lo normal es que lo habléis, veas si realmente te quieres ir a ese sitio o, si es tan importante para tu pareja, pues te quedas, que tampoco es tan importante lo que ibas a hacer en el centro comercial. Desde luego, lo que nunca harías sería cogerle fuerte del brazo, meterle en el coche con cuatro gritos diciéndole que te tiene harta y que no vas a hacer lo que al maridito le plazca, que no faltaba más. Todo esto mientras sonríes a la vecina y, además, le dices lo insoportable que a veces se pone tu marido...
La vecina correría a contarle a la otra vecina el poco respeto que le tienes al pobre de tu marido, que lo tienes anulado, que no te lo mereces, que porque el pobre hombre no quería quedarse sentado en la silla la que le has montado... Vamos, que no estás bien de la cabeza.

Si mi hijo quiere levantarse en el restaurante, ¿por qué le tengo que obligar a que no haga lo que le apetece hacer? ¿por qué mi niña es buena sólo si está sentadita y no dice ni mu (si fuera mi marido dirían que es un aburrido, no que es bueno)? ¿por qué mi niña sólo es buena si hace lo que yo le digo y no lo que quiere ella, como todo hijo de vecino? ¿os gustaría una persona que hace lo que le dicen los demás y que no expresa su opinión y nunca la hace valer? Pensaríamos "pobre persona". Pues mi niña no es una pobre persona y a veces le apetece quedarse un rato más en el parque y a veces no le apetece quedarse sentada en el restaurante. Y me niego a decir que mi niña es muy mala. Mi niña es un encanto y, como todo el mundo, intenta hacer lo que le apetece, como yo, y también soy buena persona.
A veces hay conflicto entre lo que ella quiere y lo que yo quiero y entonces, aquí entran mis dotes maquiavélicas para engañarla con algo que hay en casa, con algo que le gusta. Vamos, que me la trato de llevar al huerto, y sigo siendo buena aunque haga estas cosas, que conste. Y si no se puede porque de veras hay una razón por la que no se puede, intento que, el hecho de que no se pueda quedar sea lo menos traumático posible, manteniendo la calma, cantándole... pero, ante todo, entendiendo que ella quiere estar allí mucho y por eso, no por fastidiar ni porque sea una niña insolente, se encabezona en quedarse allí.

Lo que trato de decir es que no debemos obligar a los niños a acatar las normas estúpidas del mundo de los adultos porque con eso, no les estamos respetando. Ellos pueden querer algo distinto a lo que yo quiero, y si no obligo a mi pareja ni a mi amiga a hacer lo que yo quiero porque les respeto, debería hacer lo mismo con mi hija. Sólo si yo le enseño el respeto a ella, ella aprenderá a respetar. Si yo la trato por la fuerza ella hará lo mismo porque lo ha aprendido de mí.

También hay que respetarse a uno mismo y no hacer siempre lo que tu marido o lo que tu vecina o lo que tu hijo/a quiere que hagas, llega al equilibrio. Pero no llegues al equilibrio a voces ni imponiéndote ni hablando mal a tu hijo, respétate y respétale.

Siendo como soy profe, intento siempre respetar a mis alumnos, aunque les suspenda porque creo que tiene que ser así, con eso no les estoy castigando ni diciendo que sean malas personas, que no lo son, les quiero pero, a veces, las cosas no son como a uno le gustaría. A veces ellos se enfadan pero yo les sigo queriendo y respetando y entendiendo que no estén de acuerdo conmigo: yo lo he hecho casi lo mejor que puedo. Y digo casi porque siempre se puede mejorar y de hecho, cada vez que no me encuentro en paz conmigo pienso si lo que acabo de hacer era la mejor opción.

Tomemos la decisión que tomemos, hagámoslo respetándonos a nosotros mismos, lo primero, y respetando a todos los demás, incluidos los niños, los nuestros y los de otros. No hablemos a los niños como no nos gustarían que nos hablaran a nosotros. Si no le diríamos a nuestra amiga "estás insoportable hoy, eh" tampoco se lo digamos a nuestros hijos. Que no se acostumbren a la violencia del lenguaje porque entonces, ellos la usarán también contra otros y el mundo será más feo en lugar de ser más bonito.

Los niños nacen como un cuenco vacío, si tú los llenas de amor, ellos serán amor. Si los llenas de reproches, malas palabras, ironías y les obligas por la fuerza, ellos, a su vez, obligarán al que puedan por la fuerza, hablarán con ironía y reñirán, aunque al principio no lo entiendan (¿nunca has visto a un niño reñir a su muñeca y pegarle? hace lo que le hacen a él/ella, está repitiendo, está sacando de su cuenco lo que nosotros hemos metido antes).

Un libro precioso y divertido al respecto es "Cómo cuidar a tus hijos con amor" de Carlos González. Confieso que mucho de lo que expongo en este blog ha sido inspirado y a veces copiado de sus libros. No me importaría escribir tan claro y divertido como él:)

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